TLC con Estados Unidos: La reflexión de Petro sobre sus impactos en Colombia

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En una reciente intervención pública, el presidente Gustavo Petro volvió a encender el debate sobre el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Colombia y Estados Unidos. Desde Ubaté, Cundinamarca, durante el evento “Juntos Por la Transformación del Campo”, el mandatario lanzó una crítica directa a los beneficios que, según su visión, no ha generado este acuerdo para los productores colombianos. Para Petro, el TLC ha sido más una carga que una oportunidad, y no ha logrado proporcionar a Colombia las ventajas que otros países, como México, sí han obtenido.

El presidente, en su estilo característico de plantear ideas sin tapujos, incluso fue más allá al afirmar que, si el expresidente estadounidense Donald Trump decidiera romper el TLC, él lo aplaudiría. Esta sorprendente declaración generó titulares, no solo por su contenido, sino por la contundencia con que Petro expresó su postura. A su juicio, una posible ruptura del tratado podría significar una oportunidad para reactivar sectores productivos clave para la economía colombiana, especialmente la agricultura. “Si Trump se le ocurre a acabar el TLC, yo lo aplaudo”, dijo Petro, haciendo hincapié en que una nueva fase de autosuficiencia agrícola podría traer consigo beneficios a largo plazo para el país.

La reflexión de Petro se centra en cómo el TLC ha afectado, en su opinión, a varios sectores productivos nacionales. De acuerdo con el mandatario, el acuerdo binacional no ha favorecido a los productores colombianos, sobre todo a los del sector agrícola, que han visto cómo su competitividad se ve disminuida por la entrada masiva de productos importados más baratos. Según el presidente, esta competencia desleal ha golpeado especialmente a la producción de productos como el maíz, la leche, los huevos y la carne de pollo, sectores que históricamente han sido el motor de la economía rural en Colombia.

En términos económicos, Petro destacó que la balanza comercial entre Colombia y Estados Unidos no favorece al país. “Colombia pierde con el TLC”, sostuvo el presidente, al señalar que la exportación de productos colombianos hacia Estados Unidos ha sido considerablemente menor que la importación de productos norteamericanos. Esta disparidad, según el mandatario, es una de las principales razones por las que el acuerdo no ha logrado beneficiar a la economía nacional como se esperaba.

La crítica de Petro al TLC se extiende a una comparación con México, que, según él, ha logrado aprovechar mejor las ventajas del tratado con Estados Unidos. El presidente mencionó que México, a diferencia de Colombia, ha sabido posicionarse de manera estratégica en la relación comercial con su vecino del norte, obteniendo beneficios significativos para su economía. Esta comparación, aunque debatible, resalta la percepción de que Colombia ha sido, en gran parte, un perdedor en este acuerdo, y plantea la pregunta de si el país debería replantear su relación comercial con Estados Unidos.

Para Petro, la solución radica en fortalecer la agricultura colombiana. En su visión, un eventual rompimiento del TLC podría devolverle a Colombia su independencia agrícola, llevando al país de vuelta a una época donde la producción agrícola fue uno de los principales motores de la economía nacional. De esta manera, el presidente plantea una narrativa de soberanía alimentaria, sugiriendo que es posible retomar el control de la producción de alimentos sin depender de los mercados internacionales.

Este punto de vista también tiene una connotación política y social importante. Petro ha sido un firme defensor de políticas que prioricen el bienestar de los sectores rurales y campesinos, y con estas declaraciones reafirma su compromiso con un modelo económico que ponga en el centro de la agenda política a las comunidades rurales y sus necesidades. En su visión, la agricultura no solo es una cuestión económica, sino también una forma de fortalecer el tejido social y garantizar una distribución más equitativa de la riqueza en el país.

En definitiva, las palabras de Gustavo Petro abren un debate sobre el futuro del TLC y su impacto en la economía colombiana. Si bien es cierto que el tratado ha traído consigo una serie de beneficios para algunos sectores, el presidente pone de manifiesto las desventajas que, a su juicio, han afectado a muchos productores nacionales. Su propuesta, más allá de la ruptura del acuerdo, parece ser un llamado a repensar la estrategia económica del país, priorizando el fortalecimiento de la producción local y un modelo más autosuficiente que ponga en primer plano el bienestar de los sectores más vulnerables. Sin lugar a dudas, este es un tema que seguirá siendo relevante en los debates sobre la política económica y comercial de Colombia.