¿Por qué no le duran? La inestabilidad ministerial de Petro y el reto de su gabinete

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En dos años y medio de gobierno, el presidente Gustavo Petro ha vivido una constante rotación en su gabinete. La salida reciente del ministro de Hacienda, Diego Guevara, ha elevado las voces críticas respecto a la falta de estabilidad en las carteras del mandatario. Con 52 ministros y 126 viceministros cambiando en lo que va de su administración, el presidente Petro se enfrenta a un fenómeno que, lejos de ser aislado, parece marcar la tónica de su gestión: la fragilidad de su equipo de gobierno.

Desde que Petro asumió la presidencia en agosto de 2022, ninguno de los ministros que comenzaron su mandato ha mantenido su puesto hasta hoy. La rotación ha sido tal que incluso figuras de peso, como la vicepresidenta Francia Márquez, tuvieron que redefinir sus roles debido a diferencias políticas y administrativas con el presidente. Esto deja una sensación de inseguridad sobre la capacidad del gobierno para consolidar un equipo que dé continuidad a los proyectos estratégicos. Las carteras de Justicia, Defensa, Salud, Trabajo, Ambiente, Vivienda y Ciencia son las excepciones, pues en estas se ha mantenido una estabilidad relativa con solo dos ministros al frente.

A medida que los cambios se acumulan, las preguntas sobre la eficacia del gobierno de Petro se hacen cada vez más frecuentes. La falta de estabilidad no solo afecta la percepción pública sobre la gestión del mandatario, sino que también tiene implicaciones directas en la política interna y externa del país. En particular, el caso del Ministerio de Hacienda es uno de los más sensibles. La reciente salida de Diego Guevara ha sido vista como una señal alarmante, especialmente en un contexto donde la política económica y la confianza de los mercados requieren una conducción estable y predecible.

Este cambio en el Ministerio de Hacienda pone de manifiesto uno de los problemas más graves que enfrenta el gobierno de Petro: la necesidad urgente de coherencia en su estrategia económica. Con Germán Ávila Plazas como el cuarto ministro de Hacienda en menos de tres años, se intensifica la preocupación por la falta de continuidad en el manejo de las finanzas del país. Ávila, un economista con más de 30 años de experiencia en el sector financiero y la vivienda social, se enfrenta al desafío de restaurar la confianza, no solo en los mercados internacionales, sino también dentro del mismo gobierno.

Las críticas sobre la inestabilidad ministerial también han puesto en evidencia las tensiones internas dentro del ejecutivo. La rotación de ministros no parece responder a una estrategia definida, sino a un escenario donde la discordia y las diferencias políticas prevalecen. Cada nuevo cambio genera incertidumbre, no solo sobre las políticas del gobierno, sino también sobre la capacidad de Petro para consolidar un equipo de trabajo sólido que lo respalde. Esta constante reconfiguración podría restar al gobierno la fuerza necesaria para llevar a cabo sus ambiciosas reformas.

El hecho de que varios de los ministerios más importantes hayan tenido hasta cuatro ministros diferentes en tan poco tiempo refleja la falta de cohesión y el reto de encontrar figuras capaces de liderar áreas tan complejas como la economía, el trabajo o la justicia. El gabinete de Petro ha estado marcado por el constante reajuste, lo que ha generado un ambiente de poca estabilidad y un debilitamiento del mensaje político del gobierno. Los cambios constantes no solo afectan la imagen del presidente, sino que también dificultan el cumplimiento de los compromisos adquiridos con la ciudadanía.

La situación se complica aún más con la salida de ministros clave como el de Hacienda. Las políticas fiscales y económicas del gobierno requieren una dirección constante y coherente, especialmente en momentos de incertidumbre económica. El nombramiento de Germán Ávila Plazas, un economista de trayectoria en el sector financiero, podría representar una oportunidad para restablecer el rumbo, pero también implica una mayor presión sobre el gobierno para garantizar que los cambios no sean solo en los nombres, sino en las políticas concretas que afectan a todos los colombianos.

En conclusión, la alta rotación de ministros y viceministros en el gobierno de Petro refleja una falta de estabilidad interna que amenaza con socavar la eficacia de su administración. La constante reorganización del gabinete pone en duda la capacidad del presidente para consolidar un equipo sólido y eficiente, capaz de ejecutar sus políticas de manera consistente. En un contexto de creciente incertidumbre política y económica, el desafío para Petro será lograr un equilibrio entre la renovación y la estabilidad, de manera que su gobierno pueda seguir avanzando con un rumbo claro y firme.