La Salud en Risaralda: Urgente Reacción ante la Crisis de la Nueva EPS

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La situación de los afiliados a la Nueva EPS en Risaralda se ha vuelto insostenible. Con cerca de 200,000 usuarios afectados por la ineficiencia en la entrega de medicamentos, los bloqueos en la Avenida 30 de agosto de Pereira han sido solo el reflejo de un descontento generalizado. En este contexto, el personero de la ciudad, Leonardo Fabio Reales, tomó cartas en el asunto y convocó una reunión urgente con las directivas de la EPS. La convocatoria no solo reflejaba la gravedad de la situación, sino también la necesidad de respuestas rápidas y efectivas que mejoraran la calidad del servicio para los usuarios más vulnerables.

En la reunión, que contó con la presencia de las entidades involucradas, se discutieron varias medidas para aliviar los problemas que afectan a los afiliados. Una de las demandas más contundentes del personero fue la eliminación del sistema de pico y cédula para la entrega de medicamentos. Esta medida, que había generado largas filas y complicaciones innecesarias, fue suspendida a partir del martes 25 de marzo. De esta forma, se permitirá un acceso más ágil y organizado a los medicamentos que, en muchos casos, resultaban inaccesibles para los pacientes debido a la obsolescencia del sistema de distribución.

Además de la eliminación del pico y cédula, se acordó la implementación de un sistema de citas para la entrega de medicamentos. Esto reducirá considerablemente los tiempos de espera, que en ocasiones llegaban hasta las cuatro o cinco horas, solo para descubrir que el medicamento solicitado no estaba disponible. La aplicación de esta herramienta tecnológica promete agilizar el proceso, mejorar la calidad del servicio y, lo más importante, evitar la frustración de los usuarios que durante semanas han tenido que enfrentar un sistema ineficiente y falto de empatía.

El personero también destacó la importancia de priorizar la atención a pacientes con condiciones clínicas especiales. Esta medida es fundamental, ya que muchos de los usuarios de la Nueva EPS en la región sufren de enfermedades crónicas que requieren un tratamiento constante y adecuado. Reducir el tiempo de espera para estos pacientes no solo es una necesidad médica, sino también un acto de justicia social, dado que la salud es un derecho fundamental que debe ser garantizado sin discriminación ni dilaciones innecesarias.

Otro de los acuerdos alcanzados en la reunión fue la autorización para que los usuarios pudieran reclamar hasta tres fórmulas médicas por persona, lo que permitirá disminuir los desplazamientos y, por ende, los costos adicionales que los pacientes deben asumir para obtener los medicamentos necesarios. Este tipo de medidas, aunque simples, tienen un impacto significativo en la calidad de vida de quienes dependen del sistema de salud público para su tratamiento diario.

Para garantizar que estas medidas no se queden solo en el papel, se estableció la presencia constante de personal de la Nueva EPS durante toda la jornada. Este personal estará disponible para resolver las inquietudes de los usuarios, proporcionar información actualizada sobre el estado de sus trámites y garantizar que las soluciones sean implementadas de manera efectiva. Además, se fomentará la participación de veedurías ciudadanas para asegurar el cumplimiento de los compromisos asumidos, lo que otorga mayor transparencia al proceso y permite que los usuarios se conviertan en actores activos en la vigilancia del sistema de salud.

El personero de Pereira no solo se mostró optimista sobre los avances logrados en la reunión, sino que también dejó claro que el seguimiento será riguroso. “Los paños de agua tibia deben terminar”, afirmó Reales, al hacer énfasis en que los esfuerzos deben traducirse en mejoras reales para los usuarios y no en soluciones superficiales que solo sirvan para aplacar la protesta temporalmente. La vigilancia de la entidad continuará, y el personero se comprometió a llevar este problema ante el Gobierno Nacional, pues considera que la verdadera solución radica en la intervención de las autoridades centrales, quienes deben garantizar que los recursos lleguen de manera efectiva y que el sistema de salud cumpla con su cometido de brindar atención digna a todos los colombianos.

La crisis de la Nueva EPS en Risaralda es solo un reflejo de los problemas estructurales que aquejan al sistema de salud en Colombia. Aunque las medidas adoptadas en la reunión son un paso positivo, no podemos perder de vista que aún queda un largo camino por recorrer. La situación de los afiliados a esta EPS, como la de miles de colombianos que dependen del sistema público de salud, exige reformas profundas y un compromiso real por parte de las autoridades para garantizar que la salud no siga siendo un privilegio, sino un derecho accesible y efectivo para todos.