Cali: Nuevas Soluciones ante la Crisis de Entrega de Medicamentos

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La crisis que ha afectado a los afiliados de la Nueva EPS en Cali, en particular en lo relacionado con la entrega de medicamentos, parece no tener fin. A pesar de las múltiples reuniones entre Disfarma, la Supersalud, la Personería y la Secretaría de Salud de la ciudad, los usuarios siguen enfrentando serias dificultades para acceder a sus tratamientos, lo que ha generado una creciente aglomeración en los puntos de dispensación. Aunque se han anunciado nuevas medidas para mitigar la crisis, la situación sigue siendo tensa, y la paciencia de los ciudadanos se pone a prueba.

En un intento por aliviar la presión, Disfarma ha anunciado la apertura de nuevos puntos de servicio en la ciudad, lo que podría representar una mejora significativa en el acceso a los medicamentos para los cerca de 150,000 usuarios del régimen contributivo que se encuentran en riesgo de no recibir sus tratamientos. A pesar de esta iniciativa, la realidad es que los problemas persisten. Las largas filas y la espera interminable siguen siendo parte del panorama cotidiano para muchos caleños, quienes, incluso en días festivos, se ven obligados a pasar la noche a las afueras de los dispensarios para lograr obtener una ficha.

El punto principal de Disfarma, ubicado en la Avenida Las Américas #19n – 34, sigue siendo uno de los focos de la crisis, presentando constantes aglomeraciones. Aunque la empresa ha redoblado esfuerzos para mejorar la atención, con refuerzos en personal y tecnología, la situación sigue siendo insostenible. Según Disfarma, se ha alcanzado un cumplimiento del 91.44% en los esfuerzos por mejorar la eficiencia operativa, pero la realidad sobre el terreno parece decir lo contrario. Los usuarios siguen viviendo una experiencia de atención caótica y frustrante.

Para contrarrestar esta crisis, Disfarma ha programado la apertura de nuevos puntos de dispensación en varias zonas de Cali, con la esperanza de descongestionar el centro de atención principal. A partir del 26 de marzo, los caleños podrán dirigirse a los puntos de Santiago Plaza e Ingenio, mientras que el 1 de abril se abrirán nuevos puntos en Popular y Tequendama. Estas aperturas se presentan como una solución parcial, pero la expectativa es que mejoren la distribución de los turnos y el acceso a los medicamentos, aún con la aplicación del sistema de pico y cédula, que limita la cantidad de personas atendidas por día.

Sin embargo, la situación en otros municipios del Valle del Cauca, como Palmira, Buenaventura, Yumbo y Tuluá, sigue siendo grave. Aunque Disfarma ha afirmado que estos municipios serán atendidos próximamente, la espera hasta el 14 de abril para la apertura de los nuevos puntos genera incertidumbre entre los usuarios de esas localidades. Específicamente, Yumbo atenderá no solo a sus residentes, sino también a los de Vijes, mientras que Tuluá se encargará de la población de San Pedro y Tuluá, una medida que, aunque positiva, no deja de generar preocupación por los tiempos de espera y la eficiencia en la entrega de los medicamentos.

Una de las respuestas más contundentes que ha dado Disfarma es la aclaración de que los usuarios de Buga no tendrán que desplazarse hasta Cartago, como se había especulado anteriormente. Según la empresa, el punto de Disfarma en Buga sigue operando con normalidad, lo que da algo de alivio a los usuarios de esa región que, de lo contrario, habrían tenido que recorrer largos trayectos para recibir su medicación.

Sin embargo, el problema de fondo no radica solo en la apertura de nuevos puntos de dispensación, sino en la capacidad real del sistema para atender a toda la demanda. La implementación de medidas como el pico y cédula ha resultado ser insuficiente, y el sistema de distribución de turnos, aunque necesario para garantizar el orden, no ha logrado dar una respuesta adecuada al volumen de personas que necesitan acceder a sus medicamentos. Esta situación pone de manifiesto las limitaciones estructurales de la infraestructura de salud pública, que se ve desbordada ante la creciente demanda.

En última instancia, lo que la comunidad espera de Disfarma y las autoridades es una solución definitiva y sostenible que no se limite a parches temporales, sino que busque la reestructuración de un sistema que hoy está en crisis. A medida que los nuevos puntos se abren y las medidas de atención se aplican, es crucial que se mantenga un monitoreo constante de los resultados y que se continúe trabajando en conjunto con las autoridades locales y regionales para garantizar que la salud de los ciudadanos no siga siendo una promesa vacía. La presión de los usuarios no solo es comprensible, sino también necesaria para forjar un sistema de salud más eficiente y accesible para todos.