La historia del Cartel de Medellín sigue siendo uno de los capítulos más oscuros y complejos de la historia reciente de Colombia. Entre sus protagonistas, destaca la figura de Jhon Jairo Velásquez Vásquez, conocido como alias Popeye, quien durante años se presentó como la mano derecha de Pablo Escobar, el temido líder del cartel. Sin embargo, las versiones sobre su rol en la organización narcotraficante no solo han sido objeto de controversia, sino también de desmentidos, como lo dejó claro recientemente Carlos Lehder, otro excapo del mismo cartel.
Popeye, quien se ganó notoriedad no solo por sus crímenes, sino por su actitud desafiante ante las autoridades y los medios de comunicación, siempre se jactó de haber sido un actor clave en la estructura del Cartel de Medellín. Su figura, marcada por una mezcla de autocomplacencia y fanfarronería, lo llevó a presentarse ante la opinión pública como un personaje esencial en las operaciones de Escobar, e incluso como uno de los principales responsables de las decisiones más controvertidas de la organización. Entre sus numerosas afirmaciones, destacó la que hizo ante la Comisión de la Verdad, en la que aseguró que Escobar había financiado la toma del Palacio de Justicia en 1985, un evento trágico que dejó una profunda huella en la memoria colectiva del país.
Sin embargo, la versión de Popeye ha sido cuestionada por otros miembros del Cartel de Medellín, como Carlos Lehder, quien, tras su regreso a Colombia luego de cumplir una larga condena en los Estados Unidos, decidió hablar y desmentir a su antiguo compañero. Lehder, quien fue una figura clave en la expansión del narcotráfico colombiano a nivel internacional, calificó a Popeye de “payasito”, descalificando así su autoimagen de poderoso operador dentro del cartel. Según Lehder, Popeye nunca ocupó un puesto tan privilegiado como él mismo lo había dicho, y sus contribuciones al cartel no fueron tan relevantes como las de otros miembros de la organización.
Lehder también aprovechó para señalar la falta de coherencia en las versiones de Popeye, especialmente respecto a la relación con Escobar y los eventos históricos en los que ambos estuvieron involucrados. Para Lehder, las declaraciones de Popeye parecían más un intento de engrandecerse a costa del nombre de Escobar, buscando mantenerse relevante en un país que, después de la caída del Cartel de Medellín, había dado la espalda a sus antiguos integrantes. En contraste, Lehder dejó claro que él mismo había tenido una relación mucho más directa con Escobar y que sus roles dentro de la estructura del cartel eran sustancialmente diferentes.
La muerte de Popeye, el 6 de febrero de 2020, puso fin a una vida llena de controversias, pero su legado sigue siendo objeto de debate. Con 54 años, y tras haber padecido un cáncer de esófago, Velásquez falleció en el Instituto Nacional de Cancerología en Bogotá, después de haber sido recapturado en 2018 y condenado nuevamente por delitos como concierto para delinquir y extorsión. Sin embargo, la muerte de Popeye no detuvo las discusiones sobre su rol en la historia del Cartel de Medellín y las narrativas que él mismo construyó a lo largo de los años.
La imagen de Popeye como un hombre leal y cercano a Escobar ha sido ampliamente rechazada por quienes, como Lehder, fueron testigos directos de las dinámicas internas del cartel. De acuerdo con Lehder, Popeye fue una figura marginal que, si bien tuvo un papel en algunos aspectos de la organización, nunca estuvo en el círculo de poder que rodeaba al líder del cartel. Esta visión contrasta fuertemente con la autoimagen de Popeye, quien se mostraba como una pieza clave en las decisiones más importantes de la estructura del narcotráfico.
La controversia sobre el legado de Popeye y la imagen que dejó sobre su relación con Escobar también refleja un fenómeno más amplio en Colombia: la constante lucha por el control de la narrativa histórica. La figura de Escobar sigue siendo un tema delicado, con muchos tratando de reescribir la historia según sus propios intereses. En este contexto, las versiones contradictorias sobre el Cartel de Medellín y sus miembros continúan siendo una fuente de disputas, especialmente cuando los ex integrantes del cartel, como Lehder y Popeye, buscan reivindicar su rol en la historia.
Así, la figura de Popeye, aunque ya fallecida, sigue siendo un personaje polémico cuya vida y sus afirmaciones continúan alimentando la discusión pública. La reciente intervención de Carlos Lehder, despojando a Popeye de la aureola de poder que él mismo se construyó, es solo un capítulo más en la saga de uno de los carteles más violentos y destructivos de la historia del narcotráfico.