La contienda política en Colombia, aunque aún distante del 2026, ya comienza a perfilar sus primeros choques. Esta vez, el exfiscal general de la Nación, Francisco Barbosa, encendió las redes sociales y el debate nacional al dirigir un duro señalamiento contra la exalcaldesa de Bogotá, Claudia López, a quien responsabilizó directamente del ascenso de Gustavo Petro a la presidencia. Las declaraciones, cargadas de tono acusatorio, reabren heridas y anticipan una campaña electoral plagada de confrontaciones ideológicas.
Barbosa, quien ha sido uno de los opositores más persistentes del actual gobierno, no ahorró palabras para referirse a López, recordando que en la segunda vuelta de 2022, la ex mandataria capitalina expresó su apoyo al entonces candidato del Pacto Histórico. “Nadie debería olvidar que Petro es presidente gracias a la maquinaria de Claudia López en Bogotá”, expresó el exfiscal, atribuyéndole el peso de más de 700 mil votos que, según él, fueron determinantes en el resultado final.
Las declaraciones llegan en un contexto en el que Claudia López ha comenzado a marcar distancia con el presidente Petro, haciendo críticas abiertas a su gestión y perfilándose como una figura de oposición para los próximos comicios presidenciales. Sin embargo, Barbosa considera estas acciones como un simple acto de estrategia. “Si hoy se disfraza de crítica es porque sabe que todo lo que toca Petro termina en desastre”, sentenció.
El exfiscal no se quedó en los hechos pasados, sino que fue más allá, afirmando que muchos de los colaboradores de López siguen activos en el gobierno nacional. “Los que ayer estuvieron en su gabinete, hoy hacen parte del desastre que vive el país. No hay ruptura real, solo cálculo político”, insistió. Para Barbosa, cualquier coalición que pretenda enfrentar al petrismo no puede incluir a quienes en su momento contribuyeron a consolidarlo.
Estas acusaciones han generado reacciones encontradas. Sectores afines a López defienden su gestión como alcaldesa y su derecho a evolucionar políticamente, mientras que desde la derecha celebran la postura de Barbosa como un llamado a la memoria colectiva. “No se puede jugar a la desmemoria. El país necesita coherencia”, afirman algunos de sus seguidores.
Por su parte, Claudia López aún no ha respondido oficialmente a las declaraciones de Barbosa, aunque en intervenciones recientes ha dejado claro que su visión del país se aleja de la del actual mandatario. Ha criticado la falta de ejecución, la inestabilidad institucional y el rumbo económico del gobierno, presentándose como una alternativa más centrada y pragmática para 2026.
Más allá del cruce verbal, lo que se evidencia es que la campaña presidencial ya ha comenzado, aunque sea de forma prematura y entre líneas. La figura de Petro, aún en el poder, sigue siendo el eje alrededor del cual giran los discursos de apoyo y oposición. Y en esa narrativa, el pasado pesa tanto como el presente.
Así, entre señalamientos y deslindes, se dibuja el primer boceto de una contienda que promete ser intensa. Con líderes que se conocen bien y cuentas pendientes aún sin saldar, la política colombiana parece embarcarse en una nueva etapa, donde la memoria selectiva será, una vez más, campo de batalla.