La tarde del 9 de marzo se vio marcada por una tragedia que enluta a la seguridad del ex vicepresidente Germán Vargas Lleras. En un aparatoso accidente ocurrido en el departamento de Boyacá, dos miembros de su esquema de seguridad perdieron la vida, mientras que tres personas más resultaron heridas. La noticia fue confirmada por la Seccional de Tránsito y Transporte de la Policía Nacional, quienes revelaron que el accidente involucró a los escoltas que acompañaban al exmandatario en su recorrido.
Los fallecidos fueron identificados como el subteniente Daniel Montes, quien pertenecía a la Dirección de Protección de la Policía, y el sargento primero del Ejército Luis Alfonso León, quien trabajaba para la Unidad Nacional de Protección (UNP). Ambos hombres desempeñaban roles fundamentales en la seguridad del ex vicepresidente, y su muerte ha dejado un vacío en las fuerzas encargadas de proteger a los funcionarios de alto perfil en el país.
El accidente ocurrió en el tramo entre Paz del Río y Belencito, en Boyacá, donde el vehículo del esquema de seguridad se salió de la carretera y terminó en una quebrada. Según los primeros informes, una posible falla en los frenos del vehículo podría haber causado que el conductor perdiera el control del automóvil. Sin embargo, las autoridades están llevando a cabo una investigación exhaustiva para esclarecer las circunstancias exactas que llevaron a este trágico suceso.
A bordo del vehículo también viajaban tres personas que resultaron heridas en el accidente. Saúl Yesid Hernández y Víctor Salinas, ambos funcionarios de la UNP, junto con Julio César Pérez, el conductor del automóvil, fueron trasladados a hospitales cercanos para recibir atención médica. Hasta el momento, se ha confirmado que su estado de salud es estable, aunque aún se encuentra bajo observación en los centros médicos de la región.
Es importante destacar que Germán Vargas Lleras no se encontraba en el vehículo en el momento del accidente. Después de cumplir con su agenda en Cúcuta, el ex vicepresidente había regresado a Bogotá en un vuelo comercial, lo que evitó que estuviera involucrado en el siniestro. La noticia de la tragedia ha generado una gran consternación, no solo en su entorno cercano, sino también en la opinión pública, que lamenta la pérdida de dos personas que desempeñaron un papel crucial en la seguridad del ex funcionario.
El contexto de este accidente resalta las duras condiciones que enfrentan los esquemas de seguridad encargados de proteger a altos funcionarios en Colombia, un país que sigue siendo víctima de altos índices de violencia y amenazas. La labor de los escoltas, a menudo invisible para la mayoría, es esencial para salvaguardar la integridad de aquellos que, debido a su rol público, están expuestos a riesgos constantes.
Las autoridades competentes, incluidos los equipos de la Policía Nacional y la UNP, han prometido esclarecer los detalles del incidente y revisar los protocolos de seguridad para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro. Este caso pone en evidencia la vulnerabilidad de los dispositivos de protección, a pesar de los rigurosos controles y las medidas preventivas implementadas en las últimas décadas.
Finalmente, la noticia del fallecimiento de los dos escoltas de Germán Vargas Lleras deja una profunda reflexión sobre los riesgos que enfrentan quienes dedican sus vidas a proteger a figuras públicas. La valentía y el compromiso de estos hombres, que sacrifican su seguridad personal para garantizar la protección de otros, deben ser reconocidos como un componente esencial en la seguridad nacional, que, como lo evidencian eventos como este, está lejos de estar exento de peligros.